Tragaste el condicionamiento inicial.
No hubo más remedio.
Pero no te conformaste.
Algo vivo seguía en ti diciéndote: “No es eso”.
Una llama de vida permanentemente encendida.
Y te has estado esforzando, a tu manera, por vivir desde ella.
Entrenaste tu detector de mentiras.
Sabes distinguir lo verdadero de lo falso, lo vivo de lo muerto.
Y ahora tienes inmunidad frente a la parasitación.
Francesc J. Fossas
No hay comentarios:
Publicar un comentario