martes, 31 de marzo de 2020

¿Somos buenos? La mirada del Modelo Humanistico

El movimiento humanista, que emergió hacia mitades del siglo pasado, propugnaba la atención a la riqueza del ser humano y el estudio de sus características positivas frente a las dos teorías reinantes en ese momento, el conductismo y el psicoanálisis, y por ese motivo fue considerada como la tercera fuerza. Desde la perspectiva del enfoque humanista, el hombre es naturalmente bueno y saludable, un planteamiento que ha venido siendo más la excepción que la regla, acordémonos, por ejemplo, del "pecado original" propio de la religión de nuestro entorno.


Y esto nos parece especialmente trascendente, por cuanto adoptar en este punto una u otra posición implica, entendemos, dos cosmovisiones radicalmente diferentes, dos maneras de entender la vida y estar en el mundo.
Abraham Maslow fue una de las grandes figuras de este movimiento. En una de sus reflexiones señalaba: “Simplificando un tanto las cosas, es como si Freud nos hubiera iluminado acerca de la parte enferma de la psicología y nos correspondiera describir la parte sana”. Y en alusión directa a la condición bondadosa propia del hombre señaló: “Puesto que esta naturaleza interna es buena o neutral y no mala, es mucho más conveniente sacarla a la luz y cultivarla que intentar ahogarla. Si se le permite que actúe como principio rector de nuestra vida nos desarrollaremos saludable, provechosa y felizmente…”.
Carl Rogers fue otra de las grandes figuras del movimiento. En su opinión, el ser humano es inherentemente activo y proactivo, con voluntad de poner energía en cualquier cosa que merezca la pena aprender, y cuando las condiciones son favorables, las personas desarrollan sus potencialidades al máximo. Para él "una persona, al descubrir que es amada por ser como es, no por lo que pretende ser, sentirá que merece respeto y amor".
Quizás es esto de lo que estamos padeciendo, de esa falta de confianza básica original, de no permitir la plena manifestación de lo que en nosotros es propio y genuino, de no habernos dado todavía nunca la posibilidad de ser, de verdad, aquello que realmente somos.



Francesc J. Fossas

No hay comentarios:

Publicar un comentario