El Obispo de la Diócesis de Santo Domingo en Ecuador, Mons. Bertram Wick, le pregunta al ministro, "¿POR QUÉ NO?"
¿Y si el DIÓXIDO DE CLORO, sin embargo, funciona?
MAY, 15, 2020 |
Santo Domingo de los Tsáchilas, 12 de
mayo de 2020
Carta abierta al
Dr. Juan Carlos Zevallos López
Ministro de Salud
QUITO
Señor Ministro:
Soy el Obispo de la Diócesis de Santo
Domingo en Ecuador. Me encuentro preocupado, como Usted, por el bienestar de
mis feligreses y demás ciudadanos. El hambre y la enfermedad han sumergido a
tanta gente en el sufrimiento. Usted sabe esto. Por ello, tengo una inquietud
grande: ¿por qué el Gobierno, su Ministerio, no se atreve a realizar ensayos
clínicos con Dióxido de Cloro o con Ácido Hipocloroso? Esto serviría
grandemente para salir de esta batalla de difamación que no sirve a nadie.
¿Por qué Usted no hace lo propuesto por
la Asociación Médica Mundial, en su Asamblea General celebrada en Fortaleza,
Brasil, en octubre de 2013, en cuyo numeral 37 dice: “Cuando en la atención de
un enfermo las intervenciones probadas no existen u otras intervenciones
conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de
experto, con el consentimiento informado del paciente o de un representante,
si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud
o aliviar el sufrimiento. Tales intervenciones deben ser investigadas
posteriormente a fin de evaluar su seguridad y eficacia. En todos los casos,
esa información nueva debe ser registrada y, cuando sea oportuno, puesta a
disposición del público”; así como lo que reza en el numeral 10, que afirma:
“No se debe permitir que un requisito ético, legal o jurídico nacional o
internacional disminuya o elimine cualquier medida de protección para las
personas (...)”?
Puede Usted justificar ¿por qué no se hace
esto? Los médicos tienen miedo hasta de hablar de este Dióxido de Cloro o del
Ácido Hipocloroso. ¿Cómo es posible que en un país democrático los médicos
tengan miedo de hablar de ello? De hecho, conozco muchos casos de personas que
se han curado de la COVID-19 mediante el Dióxido de Cloro, y es probable que,
Usted también sepa de esto. El País podría ahorrarse muchos millones
implementando otros protocolos. – Esto solo es posible si tienen información de
primera mano – ensayos hechos con criterios clínicos y sin otro interés que
encontrar una cura para esta enfermedad. ¿Por qué no se hace esto? Le invito a
realizar un ESTUDIO CLÍNICO URGENTE en diferentes lugares del país y publicar
los resultados dentro de dos semanas. La gente ya no puede aguantar más esta
cuarentena.
Un día, Usted hizo el juramento
Hipócratico, su promesa fue salvar vidas a toda costa. No es posible que,
pudiendo prestar ayuda a un moribundo, no se haga. No hacerlo constituye un
delito, mejor dicho un crimen. No corramos el riesgo de ser acusados de no
haber hecho lo posible para salvar vidas. Ya no podemos escondernos detrás de
criterios de corporaciones u organismos internacionales o gobiernos extranjeros
para no hacer nada. Esto no es digno de un país soberano.
Con un atento saludo, espero su pronta
respuesta.
+ Mons. Bertram Wick
Obispo de la Diócesis de Santo Domingo
en Ecuador
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