jueves, 14 de mayo de 2020

Medicina a escala humana y científica no manipulada

Subo dos vídeos del doctor argentino Eduardo J. Brandes, y dos de dos médicos de Estados Unidos,  el primero del Dr. Jeffrey Barke, que ya cuenta, a día de hoy, con más de 375.000 visitas, y el segundo del Dr. Erikson, de California.
Veremos cuanto tiempo más se pueden seguir visualizando.
Muchas gracias a todos ellos por su honestidad, profesionalidad, rigor y valentía.





No es Hollywood. O quizás mejor dicho, es Hollywood implantado, cual chip, en la llamada vida real.
Vivimos en un mundo en el que disidir del poder oculto y ponerlo en cuestión seriamente en cualquier tema que se considere clave, como por ejemplo pueden ser la salud, la educación, la economía, la política (real) o la justicia, implica, literalmente, poner en riesgo la vida.
Detrás de la cortina, del escenario en el que nos han hecho creer que vivimos, y que cada día se encargan de diseñar los medios de (des)información oficiales propiedad de dicho poder, se encuentra una ciénaga anti-vida en la que la realidad supera cualquier ficción imaginable. Para ver, sólo hace falta querer asomarse. Es un poder psicopático que vive gracias a la mentira, la ocultación, la extorsión y el terror. Es el llamado Deep State, el estado profundo, una suerte de poder paralelo que diseña entre bastidores nuestras agendas hasta el punto de controlarlas, como estamos viendo con el virus de por medio, de manera total. Nuestras mayores desgracias no son fatalidades ni fruto de la  incompetencia. Son de diseño. Estamos ante un virus mutado que crea problemas para implementar sus soluciones, unas soluciones que siempre van, y véase la historia, en la misma dirección: empobrecer la vida.
Y como se desprende del testimonio del Dr. Brandes, el colectivo médico es uno de los más expuestos, por ocupar un lugar estratégico. Es estremecedor oírle contemplar la posibilidad de que le pueda "pasar algo" simplemente por querer emprender un estudio. El mismo hecho de tener que ser valientes ya es una anomalía.
Se me dirá, como se oye decir a menudo en estos casos, "venga hombre, que no es para tanto", o "todo eso sólo son manifestaciones de conspiranoicos". Yo sólo digo: pasen y vean. Eso sí, recomiendo que sólo se haga en la medida que se pueda ir soportando.
Se trata de una realidad muy dura, incómoda y peligrosa. Pero sólo veo dos caminos: seguir mirando hacia otro lado y acabar de entregar por completo nuestra soberanía o proteger cada uno de nosotros como buenamente pueda la maravillosa vida que somos.

Francesc J. Fossas


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